lunes, 13 de julio de 2009

.rodolfito y el yeti

Hola, si, encontré esto el otro día entre esos archivos del olvido, y decidí terminarlo:


Raulíto Casares había llorado toda la tarde. Lágrimas con sabor a pobreza, causadas por un chirlo que le entró de lleno en la nuca, dejandola colorada y brillante. Según él, no lo merecía. Según su madre, merecía no solo uno, sino seis coscachos por hurgar en su cartera. Sin embargo, le dio uno.
Con los mocos mojandole los labios, fue corriendo camino a la plaza, escapando de esa maldita mujer que le había tocado como madre. Necesitaba despejarse, como dice la gente. El barrio era nuevo y su billetera, triste... No había mucho para hacer.
El frío termómetro de la estación de trenes marcaba - 4º y Raulíto vestía solo una chomba de piqué, que era el último grito de la moda en Nueva Zelanda. Pésima idea.
Recordó las sabias palabras de su abuelo, el Maestro Zen del Under Cuyano, que alguna vez le dijo:
"Raulíto, cuidate del Yeti si algún día te vas con tu mamá a vivir a Nueva Zelanda. El Yeti siempre se esconde detrás de los árboles y rapta niños. Odia el ajo y la cebolla de verdeo. Es blanco, pero también es negro. Es fanático de los Hilda Lizarazu, especialmente de su época con Man Ray. Ha, y lo espantas con el grito de guerra que vos quieras."

Así, Raulito fue caminando por la ruta, lejos de cualquier árbol. Iba pensando. Reflexionando y flexionando sus rodillas. Pensaba y pensaba: Su madre no había estado tan equivocada al momento de coscachearlo de revés. O sea, debe ser difícil criar a un hijo sin golpearlo eventualmente. Es como que tiene que haber un "feedback-doloroso"; ya que TENER un hijo es, justamente, un parto. También pensaba en que las chombas de piqué tampoco eran tan copadas que digamos. Meditaba sobre su nuevo hogar, su nueva vida. Le gustaba la nieve, y la gente del lugar. Ya no estaba tan enojado como al inicio de este relato.
Pero en toda esa divagación, Raulito no se dió cuenta de que se había desviado del camino a la plaza, y cuando quiso acordarse, ya estaba en el matadero. Así que, asustado y apurado, dió la vuelta y decidió tomar al bosque por atajo.
Caminaba tranquilo por el medio del bosque, cuando volvió a recordar las sabias palabras de su abuelo, el Maestro Zen del Under Cuyano:
"Raulito, si alguna vez te olvidas lo que te dije recién y te metes a un bosque neozelandés, entonces no te olvides de lo que te voy a decir ahora: Tenés que encarar al palo por el primer sendero que veas, y mientras corres, gritá tu grito de guerra predilecto así espantas al Yeti. No te olvides además de ir mirando al suelo, así prevenís accidentes."
Y así fue como Raulito comenzó a correr, gritando a viva voz su grito de guerra (desvergonzadamente plagiado de Scorpion) que decía "Get over here! Get over here! Get over here!" Pero Raulito olvidó que tenía que ser precavido mientras corría, y no prestó atención a lo que pisaba, por lo que cayó duro y parejo al suelo tras trastabillar con un escarabajo gigante. Uia... problemas, habrá pensado Raulito. No lo sabemos. Pero el escarabajo parecía amigable. Éste acercó lentamente al pié de Carlitos (o Raulito) y clank! hizo su caparazón después de ser aplastado por la zapatilla del muchacho; porque claro, era gigante, pero GIGANTE para ser un escarabajo. Nada impedía pisarlo.

Raulito se quedó sentado, esperando alguna señal, pero su radio no captaba ninguna FM local. Enojado con el chiste fácil, pensó que los árboles impedía que la señal llegara, y AM no escuchaba ni en pedo. Entonces fue ahí, justo ahí, cuando recordó ese consejo que su abuelo, el Maestro Zen del Under Cuyano, le dijo:
"Raulito, mirá prestame atención, dale. Estos Zucosos salen cuatro pesos menos que las Zucaritas. Con esos cuatro pesos que te ahorras, haces maravillas, como por ejemplo, salvar tu vida en caso de que el Yeti neozelandés te agarre en el medio del bosque. Porque te cuento, el Yeti se la pasa buscando niños para fumar, ya que nunca tiene plata para comprar frula. Pero si vos le das estos cuatro pesos, él se va directo al dealer-del-bosque mas cercano y te deja de romper las pelotas. ¿Cazas?"
Pero Robertito, que estaba mas pobre que Charles Ingalls después de pagarle la hipoteca de la granja al Sr. Nels, se dio cuenta que el tercer consejo de su abuelo se lo podía pasar soberanamente por las pelotas. Así que se levantó, y encaró corriendo para su casa, aunque con la mente tan perturbada como la tenía, el despistado olvidó gritar "su" grito de guerra predilecto.

Pibe, detenete un segundo o sos boleta, escuchó Carlitos a sus espaldas. Inmediatamente dejó de correr. Temeroso, volteó para ver de dónde provenía esa voz tan finita y aguda. "Soy el Yeti", dijo un monstruo blanco (y al mismo tiempo negro) y peludo, de unos 3 metros aproximadamente. Tenía los ojos rojos y no dejaba de tocarse la nariz. Las manos le tiritaban. Estaba mas al palo que el tacometro de Rapidshare Premium.
What do you want from me? preguntó Carlitos, evocando al espíritu de la mujer que hacía los doblajes de la Coca Sarli para el exterior (que estaba muerta) El Yeti se limitó a hacer un sonido parecido al que hacen los modems cuando se conectan a dial-up. Carlitos estaba en problemas.

-Now, you are going to die in my hands, little charlie - dijo innecesariamente en inglés, El Yeti, que sabía hablar perfectamente en español.
-You are so fucking crazy, bro... I have a situation here, so, get the fuck away and let me go home...
-Ha ha ha ha ha! You are an insect for me...
-Dont be so sure, you bastard - respondió Carlitos, mientras incrementaba su cosmo
-Oh! - Se sorprendió el Yeti, con esta expresión de sorprendido y con cara de sorprendido, como esperando la sorpresa.
-My grandpa, The Master Zen of The Under Cuyanou, taught me how to destroy you.
-Oh! The Master Zen of The Under Cuyanou! Oh! Its imposible! I remember him! You... you can not be...
-Yeahhh... im the...
-The...
-El...
-El...
-...CABALLERO DE LA CADENITA CHAQUEÑA!!!! Gritaron al mismo tiempo, retomando misteriosamente el español. Uno medio asustado, y el otro mas bien envalentonado.
-Ahora vas a morir (en rehabilitación) estúpido Yeti, y dejarás en paz a los niños neozelandeses...
-Oh nooooo!
-Oh siiiiiii.... Te demostraré mi poder...
-...
-...

(El ambiente estaba muy tenso. Se venía el garrón. Inevitable. Suspenso. Mucho suspenso graficado con estos puntos suspensivos)

-...
-...
-...
-...
-...! (como diciendo "dale, pué!")
-¡¡¡CADENITA CHAQUEÑA NEBULOSAAAAAAAAAAAA!!!
-...NOOOOOOOO!!!! -Gritó El Yeti mientras caía al suelo.

Carlitos había arrojado la cadenita de su comunión sobre la cara de El Yeti, lastimando su ojo con la arista inferior derecha de la cruz. El Yeti, que ahora yacía en el barro negro del bosque, gemía de dolor. Saulito, en cambio, se sostenía en pié. Con aire triunfante, pasó por al lado de su enemigo diciendo "Esto te pasa por puto y drogadicto, mojón".
Caminó hasta su casa, y aprovechando que su madre había salido desesperada a buscarlo; abrió su cartera, sacó 7 dólares y fue por una Cindor.
Su abuelo estaría orgulloso.

lunes, 6 de julio de 2009

.los temores mas estúpidos que puede llegar a tener un "adolescente" (chico difiiiicil) como yo.

Podría comenzar este pequeño texto diciendo "soy un gil", pero tengo entendido que nunca hay que desvalorizarse ante el lector. Sin embargo, estos mismos tendrán la libertad de sacar sus propias conclusiones; que, deduzco, coincidirán con la mía.

Invierno y Pandemia. Época del año en donde los hijos de doctores pasan a ser el centro de atención de las reuniones juveniles, y terminan luciéndose con explicaciones científicas que desmienten todo tipo de mito creado en torno al tema en cuestión; como lo es ahora, la gripe A.
Estos amigos que todos tenemos, en su desesperado intento de llamar la atención, nos están ayudando: nos están diciendo que la gripe en si no mata, que los barbijos no sirven del todo, que (y aunque es importante) tampoco es la graaaaaan cosa, que nadie se termina convirtiendo en chancho, etc, etc, etc.
Y cuando digo "nos están ayudando", quiero decir "nos están informando", y esto a su vez quiere decir "nos están haciendo ver que le temíamos a boludeces", lo que traducido a nuestro lenguaje cotidiano significa "nos están haciendo ver como unos giles. ¡destruyamosles!"
Y pensarán que soy un gil, porque yo (independientemente de la pandemia) tengo los temores de un koala. O sea, ridículos, estúpidos, sin contenido, sin poesía.

Por dar un ejemplo, tengo miedo de tener hipo eterno. Hablo de que me de hipo un día cualquiera, y que no se vaya nunca. Ni con un susto, ni con un vaso de agua tomado al revés, ni con ejercicios de fuerza de diafragma, ni mirando la luz (¿o eso es para el estornudo?) ni con nada. Un hipo que llegue para nunca irse. Que se quede para siempre, atormentando mi vida. No miento; cada vez que tengo hipo, pienso en ello. Terrible.

Para explicar otro de mis temores, tendré que confesar algo que nadie sabe: Hablo solo.
Y mucho. O sea, como en las películas. Mas aún. Como en los dibujos animados. Si. Onda Ben 10. Parloteo a la nada. Incluso, a veces CANTO lo que estoy haciendo. Por ejemplo:
"La heladeraaaaa, abro la heladeraaa y todo esta podrido... oh Dios, todo esta podrido, ay! doña maría, usté e muy distraída! Se le ha podrido la comida. Oh! Dios! La papa, adiós papa, adiós papá, adiós papá, adiós pápa, adiós pápa, adiós bambinoooooooooooo! (Fíne Italiáno Bábiri Bábi!)

La canción es real. De hecho, le agregué guitarra. En fin, mi mayor temor en estos casos es que alguien me este filmando. No se por qué alguien me estaría filmando, pero siempre tengo este miedo. Cuando recuerdo esto, dejo de hablar o de cantar inmediatamente; dejando atrás potenciales éxitos para Los Bicivoladores (Baábiri Búbi!)
Me imagino cámaras ocultas, colocadas estratégicamente en los lugares mas inhóspitos de mi casa, captando mi lado mas idiota y ridículo; para después ser subidos a YouTube y cagar por completo mi vida, como se la cagaron al gordito ese que pelea solo y a la nada, o al nene que vuelve recontra drogado del dentista, o a Edgar y su increíble caída puente abajo (río arriba) o al bala que llora por britney (y me encantaría escribir "britni") ¿Y todo para qué? Para que después me hagan una parodia Star Wars, como todo buen video-ridículo lo tiene.

Podría seguir el texto así, pero como bien saben, soy simpatizante de los -items. Ellos (los items) permiten una rápida y amena lectura, que me deja bien parado a mi, y le da la posibilidad de leer a gente que no le gusta leer (como a mi amiga Geraldine) Por lo tanto, mas lectores para mi. Soy sucio, ¿he?

Así que, en un pobre intento revival de mis posts anteriores, seguiré con la enumeración.

Otros temores muy estúpidos:

-Despertarme un día y darme cuenta de que estoy encerrado en un cajón, a punto de ser enterrado. Gritar y que nadie me escuche; o mucho peor, gritar y que mi familia se ría pensando que es otra de mis jodas, pero desde el mas allá.

-Que "El Pelado Cordera" me agregue a Facebook. Aceptarlo.

-Encender mi Mac, y notar como millones de virus borraron mis archivos, haciéndome tragar las palabras frente a mis amigos, esas tales como "yo no necesito antivirus, giles, ustedes son de goma"; y pasar mucha vergüenza.

-Volver a ver, después de 17 años, Brigada Cola y no reírme.

-Que me caiga una maldición por no darles monedas a las gitanas de la Plaza Independencia.

-Hacerme hippie.

-Que me haya picado el dengue, a pesar de no haber sufrido nunca los síntomas correspondientes al dengue, y a pesar de que el dengue no se encuentra activo en esta época del año.

-Que las cañerías de mi edificio exploten un Domingo.

-Que Freddy Kruger me ataque en los sueños.

-Recibir la última carta terrorista con ántrax del mercado y abrirla para comprobar que sea posta.

-Que un foco me explote en la cara al momento de cambiarlo.

-Que la gente deje de comprar Casancrem y que La Serenisima no encuentre otra solución que sacarlo del mercado.

-Que me asesinen con una cuchara.

-Que reviva Perón (o Nerón)

-Que miles de arañas inteligentes y malvadas se oculten debajo de mi cama.

-Tener LITERALMENTE un muerto en el placard y no haberme dado cuenta nunca.

-Que se haga la película (en carne y hueso) de Los Simpsons y que, lógicamente, apeste.

-Encontrar que se están repartiendo en la calle panfletos con mi cara pegada (con fino trabajo de photoshop) al cuerpo de una lechuza; y que encima, la gente lo crea. Sin preguntas por favor.

-Que, después de largos estudios, descubran que mi amiga Carolina es superdotada, y es mucho mas inteligente, culta e interesante que el resto de nosotros.

-Aceptar de una vez por todas ir a jugar con mis amigos "un picadito" y que me terminen picando millones de mosquitos. Con dengue. O malditos.

-Tomar sopa, que me guste, y después darme cuenta de que era vitina.

-Contarle mi mas sucio secreto a un perro, confiado de que no pueda decírselo a nadie; para después darme cuenta de que ese es un perro con superpoderes y supervicios; y que uno de sus superpoderes es "HABLAR" y uno de sus supervicios es "CONTAR SECRETOS SUCIOS Y AJENOS A TODO EL MUNDO".

-Ir caminando por la calle y que me caiga un saquito de yerbiado en la cabeza.

-Conocer a Quentin Tarantino y que resulte un tipo sumiso, pacífico, amable y boludo.

-Hacer la mejor canción del mundo, y que Callejeros me acuse de plagio; y que encima, ganen el juicio.

-Estar tomando un café en Peatonal, y ver que todos se ríen de mi por el simple hecho de que olvidé los pantalones en casa. Llorar.

-Descubrir que la chica que me gusta SI va al baño y que si, SI hace el número dos.

-Escribir algo muy bueno en mi cuaderno con una lapicera maldita que me cambie todo de lugar y que me llene de errores de ortografía.

-Estar con dolor de garganta al momento de conocer a la persona-mas-estúpida-del-mundo y no poder hacer ningún chiste al respecto.

-Despertar un día y darme cuenta de que me convertí en un viejo de 89 años que desperdició toda su vida durmiendo, por un despertador defectuoso.

-Mirar al cielo y que me caiga un avión.

-Confundirme JUNIO con JULIO.

-Convertirme en almohadón, de un momento a otro.

-Que una paloma se meta en mi cocina y me coma todo el bizcochuelo, o gran parte del mismo, llenándolo de gérmenes y vínchucas (que estén malditas)

-Olvidar mi número de DNI.

-Que mi hermana, en el auge de la noche, me acuchille. O en el peor de los casos, que me mate con una cuchara. wooow. Dos temores juntos son potencia.

-Que se pongan de moda los videos de música que siguen textualmente lo que dice la canción.

-Que mis vecinos (gente de mucha edad) toquen timbre un sabado a las 3 de la mañana para re cagarme a palos; y que mis amigos, en vez de ayudarme, se queden mirando.

-Que mis cds de Led Zeppelin se conviertan (debido a otra maldición gitana) en cds de Los Piojos, y no poder hacer nada al respecto.

-Estar escuchando música con un amigo, que rompa en lágrimas y que me diga "necesito decirte algo."

-Adoptar un lindo gatito callejero, sin saber que, en realidad, es un arma mortal asesina japonesa; y que meta en quilombos todo el tiempo.

-Conocer el lado sensible de mi Papá.

-Colgarme mirando algo fijo, y de repente, morirme. Misterioso.

-Comprar algo vencido y comerlo. Y después morirme.

-Que los dardos que mi tía me regaló en Navidad, sea una especie de DARDOS-VUDÚ-MALDITOS. Por las dudas, ya le puse una foto de Nestor Kirchner.

-Tomar mate con gusto a leche chocolatada.

-Tomas leche chocolatada con gusto a Jugo "Yahoo" Multifrutal.

-Tomar Jugo "Yahoo" Multifrutal.

-Agitarme subiendo escaleras, y en el tercer piso, morirme (porque las escaleras estaban malditas, tal vez)


Bueno. Esos serían algunos de mis temores. Ya me aburrí y creo que después del tercero, le resto fue de relleno, y que son pésimos y que al fin de cuentas... terminé siendo un gil como lo predije.
Se cumplió la profecía, Nacho.

Ahí se ven.