sábado, 28 de noviembre de 2009

La estupidez más grande alguna vez escrita en una botella de litro y cuarto.

Esto fue un ejercicio auto-matíco (con tilde en la "i"), que consistía en escribir sin detenerse durante 5 minutos, sin contar el cuarto. Místico.
Lleva un tiempo en borradores, y temo que así tendría que haber seguido siendo. Pero como digo Barret: here i go...

"Cada día que pasa es un día menos en los días de los terricolas idiotas, estúpidos y deseosos de satisfacerse sexual y gastronómicamente; como mario bros." decía el papelito que encontré en la botella... Esa que encontré en la arena de "Playa Violeta" en Reñaca, Chile.
Porque siempre habrá un idiota que piense en dejar una nota en una botella, y arrojarla al mar, pero NO SIEMPRE habrán idiotas que lleven esa idea a cabo. Ok, yo conocí a uno. Mejor dicho, conocí a la idea en si, no al que la ideó (y realizó). En fin: si bien no dejaba de ser una estupidez lo que éste hombre había escrito, lo que a mi me importaba era el hecho de que simplemente lo había hecho. No se, me lo imagino a él sentado en su living, tranquilo... sentado y tranquilo. Sabio, por momentos. Living por otros. Siempre lúcido. Nunca taxi. Con un cigarriiyo mal escrito en su mano izquierda y un whisky en su derecha, pensando en lo lindo que sería escribir alguna imbecilidad inentendible, meterla en una botella de vidrio, taparla y arrojarla al mar (que quedaba a dos cuadras de su casa) Luego debe haber pensado: mañana mismo lo hago que divertido soy re copado. Y después dijo ¡no! ¡un momento! ¡necesito hacerlo AHORA! Y así fue, eran las dos de la mañana y él se levantó, escribió en un papel una nota por demás pelotuda, la metió en una botella y se fue en bata hasta la playa. Seguramente se encontró con Luis, el cuidacoche de acá la vuelta, no lo sabemos. Y no lo sabemos porque ni siquiera sabemos quién fue el retrasado mental que escribió esto, ni en dónde vive; ni mucho menos, qué lo llevó a escribir semejante taradez. Lo que si puede quedar en claro es que, y a pesar de ser un boludo con el coeficiente mental de una ameba, es un chabón que sabe lo que quiere; y si quiere escribir en una botella y arrojarla al mar... PUES VA Y LO HACE CARAJO! No se queda de brazos cruzados pensando en lo que podría haber sido la botella flotando en las frías aguas del Atlántico, o Pacífico. Porque él tampoco nunca supo cuál océano es cual. Siempre se confunde el océano Antártico con el Atlántico, porque convengamos que los nombres se parecen. Ni hablar de Atlántico y Atlas. Y Semilla con Sevilla. Pero lo que a nosotros nos importa, es que éste muchacho una noche levantó el orto, lo movió e hizo lo que quiso. Habrá sido una zalamería estúpida, boluda y bien de hijo de una gran puta... PERO QUE MIERDA... POR LO MENOS LO HIZO!!! ¡Y eso es lo que importa! Porque a simple vista puede parecer un infradotado, pero quién sabe... hoy arroja una botella al mar (con algo muy pelotudo escrito adentro), mañana planta un árbol y pasado mañana gana un Nobel o un Corel. Nunca entenderemos los misterios de la vida. Y no los vamos a entender por el simple hecho de que sólo nos limitamos a lamentarnos, pero nunca nos movemos para tratar de solucionarlos o averiguarlos, tal como hizo este muchacho al escribir una nota y dejarla en una botella... Porque al arrojar la botella, NO SÓLO está haciendo terrible gansada (chuminada chorrada insignificante y boluda), sino que también le está demostrando a la vida/a la muerte/al mundo/a las mujeres/y a los niños su fuerza de voluntad. Los niños y a la muerte tal vez no se muestren muy interesados, pero y a él qué? No está seguro de aquel, pero si de él. Y él tiene que ir con tilde sí o sí, porque el sujeto no está en esta oración. Sin embargo sí está en esta, al nombrarlo y evocarlo: Raúl Conchasumá. Mierda, su nombre también tiene tilde... No la vi venir hijo de puta, no la vi venir. Como lo odio. Voy a escribirlo en una botella, la voy a sellar herméticamente y después la voy a tirar al mar. Si, eso voy a hacer... ja, se va a lamentar ese infeliz de haber nacido. De una, mañana mismo lo hago. Ahora me voy a dormir. Matate Raúl.

Dedicado a mi -sister- y compañero de trabajo, Maxi Buttersmante, que siempre lee estas cosas en voz alta y escribe otras mucho (muuuucho) peores. Como te envidio, Maxi.